Caerse del monociclo no suele ser un problema. Te caes a
menudo, sobre todo cuando estás empezando, pero casi siempre
quedas de pie. Como el monociclo no tiene manillares ni
cuadros que te impidan dejarlo ir, cuando pierdes el equilibrio
el monociclo se te va de entre las piernas, y tú quedas
dignamente erguido, como si no hubiera pasado nada.
Tampoco te vas a caer de espaldas, pese a lo que pueda parecer:
cuando te vayas hacia atrás (o el monociclo se vaya hacia
adelante) instintivamente sacarás el pie del pedal y lo pondrás
en el suelo.
Pero hay una cosa que tienes que aprender para que todo esto funcione. La regla de oro es:
No te preocupes por el monociclo.
No te sepa mal dejar que se caiga. No le pasará nada. Todos los monociclos de calidad tienen protectores prácticamente indestructibles en el sillín que pararán el golpe.
Cuando hayas aprendido estarán rayados, pero no pasa nada. Ya los pulirás con lija fina, o los cambiarás, o los dejarás tranquilos, como testigo del proceso de aprendizaje.
Si te preocupas por el monociclo te caerás con él. No vale la pena. Se rayará igual.
Sí te acostumbrarás, cuando tengas algo de práctica, a cogerlo al vuelo cuando te caigas, más por pereza de agacharte a por él que porque le haga ninguna falta.
Practicar la caída
Lo primero que tienes que hacer, una vez hayas ajustado el monociclo, es practicar la caída. Busca una madera que impida que el monociclo se vaya hacia atrás. Pon el monociclo frente a tí, con una de las bielas apuntando hacia abajo y hacia a ti. Apoya el pie en el pedal más cercano, ponte el sillín en su sitio y, haciendo fuerza con el pedal hacia abajo, tírate hacia adelante. Verás que pasas por encima del monociclo, mientras éste pivota respecto al eje de la rueda.
No intentes poner el otro pie en el pedal: deja que pase por
encima, y aterriza frente al monociclo, que caerá detrás
tuyo.
Es posible que al principio no te salga: si es así, busca a alguien que te de la mano. Con un poco de ayuda seguramente pronto lo lograrás. Concéntrate en pasar por encima del monociclo y caer frente a él, dejándolo ir sin intentar cogerlo.